1990 (Primera edición)
Govert Westerveld y Florentina Navarro Belmonte
Las Damas: Ciencia sobre un tablero.
Tomo I
Damas Españolas
Mi saludo jubiloso al
nacimiento de esta nueva obra. No vamos a divagar ahora con especulaciones
prehistóricas sobre los orígenes de nuestro juego, ya que la densa nebulosa de
los tiempos, no nos permitiría encontrar elementos válidos para discernir
atinadamente. Sin embargo, una cosa hay que dar como cierta, por coincidir
todos los autores: El juego de las damas es anterior al ajedrez, y éste es
antiquísimo.
No obstante, la
historia, como tal, no va más, allá de la Edad media, coincidiendo precisamente,
con la ocupación musulmana, de nuestra Península. Damasco-Córdoba es el eje
primario de transmisión de culturas, que Arabia a su vez, había ido recogiendo
de las antiguas civilizaciones orientales. Con el califa sabio Alhaquen II,
Córdoba con 400.000 volúmenes en su biblioteca y 3.000 mezquitas, se erige ya
por si sola, en la ciudad más esplendorosa de la época, siendo denominada “ornamento
del mundo”. Su influencia irradia pronto en todo el Mediodía y Este de nuestra
geografía, creándose otro foco cultural en Sevilla.
Es cierto también, que
la cultura medieval fue casi patrimonio del clero, que en las bibliotecas de
sus monasterios guardaba para la posteridad el saber de la antigüedad. Porotra parte, el ensanche
progresivo de Castilla fija en Toledo la capital hispano cristiana, título que
ya ostentó en la España visigoda. Caído ya el Califato y traspasado Despeñaperros,
Fernando III impone el romance castellano como la lengua oficial en todo el
territorio ya reconquistado. Toledo suplanta a Córdoba y asume todo el protagonismo.
Alfonso X el Sabio hace de esta capital el foro y el faro de la cultura europea.
Aúna y ensambla las corrientes: Musulmana y cristiana, impulsa la famosa escuela
de Traductores, donde se manejan textos, tanto en hebreo como en latín, en árabe
o en romance, y allí aflora el primer documente testimonial en el libro “Juegos
diversos de Ajedrez, Dados y tablas” Estos dos nobilísimos juegos, fueron
siempre distinguidos, no sólo por la sociedad, sino por las autoridades; así, a
finales del siglo XIIen el ordenamiento de
Pedro II, se prohíben los dados y se permiten las tablas y el Ajedrez, por no
ser juegos de Azar. Digamos enseguida, que el juego pasó por todas estas
denominaciones: Chaquete, Alquerque, Castro, Real, Tablas, Ingenio, Marro, Marro
de Punta, y finalmente Damas. El juego toma el nombre de damas en el siglo XVI
y viene impuesto siguiendo la corriente de la época, en la que una dama
singular, Isabel I de Castilla y Reina de España, por su talento, su afición a
la cultura y su profundo sentimiento a todo lo español, es el centro y espejo
de Europa y hoy una de las
más excelsas figuras de
la Historia de España.
Andalucía y Levante son
las dos zonas donde más se desarrollo. “Edité mi libro en Valencia, porque en
su reino más que en ningún otro, traté los más diestros jugadores” (Montero
1591) En el siglo XVI saltan ya en las linotipias valencianas los primeros libros
de técnica en castellano: Valle, Torquemada (1547) Montero (1591) Guerra (1595)
y Vallas (1597) asombran todavía hoy a los aficionados, con el ingenio
artístico de la más alta escuela damista. Pronto se da uno cuenta, al
contemplar todo este alarde técnico, que ello es imposible para la mente humana
en una sola generación, que tenía que venir transmitido de más atrás, y que si
no tenemos manifestaciones documentales anteriores, se debe en primer lugar a
las dificultades de entonces para plasmar ya de por si siempre embarazoso: y en
segundo lugar, al poco interés de las generaciones siguientes para buscar y
conservar esos interesantes documentos, ya manuscritos, ya impresos, que por su
cortísima tirada se han ido perdiendo.
Como prueba de estas
consideraciones, el Dr. Cárceles en 1904 se mostraba ufano por haber
descubierto el libro de Timoneda (1635) Yo tengo el honor de ampliar hoy la
lista con cuatro nombres más, Valle, Guerra, Argomedo y Canónigo de Sacro
Monte, que por primera vez salen a la luz en España, para engrosar nuestra rica
e histórica bibliografía, habiendo permanecido oculto cientos de años. España
lidera el mundo y su afluencia es manifiesta. Durante los siglos XVI y XVII
expande orgullosa su cultura y su idiosincrasia a través de su vasto imperio
por Europa y América. Entre todo ello van las Damas y el Ajedrez.
Después de muchos años
aparecen tímidamente las primeras publicaciones foráneas en Europa; pero ¡oh
sorpresa!, nos plagian las técnicas y los lances y el juego lo presentan como
propio, exactamente igual que hacían por entonces, los mercenarios piratas del Atlántico
con nuestros barcos cargados de onzas de oro y reales de a ocho de plata. Para disimularlo,
desvirtúan y adulteran el juego; Cada nación introduce las variantes que le viene
en gana, unos giran el tablero 90 grados, otros limitan el movimiento de la
dama, otros comen para atrás…. y todos, modifican las leyes tradicionales y la
numeración deltablero, como si se
hubieran puesto de acuerdo para la infidelidad y el desagradecimiento. En estas
condiciones el progreso era muy difícil. Vienen los aislamientos; los
practicantes, lejos de aumentar, disminuyen; y el juego decae. No obstante,
España permanece fiel a su juego clásico, y con nosotros Portugal, Filipinas, Norte
de África y naciones hispanoamericanas. Durante los siglos XVII y XVIII siguen saliendo
publicaciones: Mirón, Canalejas, Garcés, Cecina Rica, Rovira, manteniéndose todavía
un gran entusiasmo y mejorando la técnica del mismo. En el siglo pasado, se observa
un gran descenso en las publicaciones, no hay creatividad y solamente se reeditan
libros anteriores, perdiéndose poco a poco la aceptación que tuvo.
En el siglo actual el
olvido y abandono es prácticamente total. Desde que el Dr. Cárceles, a
principio del mismo, editó su gran obra, casi nada se ha vuelto a escribir en España
de Damas. En ese “casi” se pueden incluir dos folletos de poca importancia y una
sección esta sí, muy interesante, en el periódico “La Provincia” de Las Palmas
de Gran Canaria, en los años 42-45 a cargo del eminente Dr. Lafora. Como habrás
podido observar en el transcurso de este preámbulo, varias veces han aparecido
solidarios Las Damas y el Ajedrez, al ser su historia muy similar y los juegos,
aunque distintos, muy afines, saltándose siempre la tentación de compararles.
Para evitar la carga de partidismo que suele llevar consigo, bien cuando lo
hace un ajedrecista o un damista, y al haber salido a escena el Dr. Lafora por
concurrir en él las dos facetas de ajedrecista (representó a España como
jugador en 1927 para el campeonato de Europa, fue árbitro internacional y es
autor de varios libros de finales) y de damista al dedicar varios años a su
estudio y además de reseñado, dirigió y arbitró un concurso internacional entre
aficionados españoles y portugueses. Sobre este particular, dejó escrito lo
siguiente: “El juego de las damas es más científico, más exacto y sobre todo
más español que el ajedrez. Es más científico, por lo que dice E. Poe y porque además
no cabe tanto la inspiración ya que los cálculos han de sujetarse a menos
reglas.
Sucede en las damas
como en los finales de peones en ajedrez, que ya conocen todos los ajedrecistas,
desde Philidor, como la parte más difícil del ajedrez. Pues bien, en ajedrez son
sólo ocho peones el máximo y en las damas en doce; en ajedrez cuando dos peones
tropiezan quedan parados, en las damas saltan por encima aprehendiéndose; de
modo que por todos los conceptos es más difícil en las damas. Es más exacto,
porque en ajedrez un error puede tener remedio; en las damas no lo tiene nunca
o casi nunca. Y finalmente, es más español, porque es más ágil, más rápido, más
vehemente que el ajedrez. Comparen nuestros lectores la silueta psicológica de
un alemán y de un español y tendrán un claro reflejo en la lentitud, parsimonia
y gravedad del ajedrez; con la agilidad, la soltura y agudeza de un juego de
damas”. Yo, por mi parte, diré que con las Damas y el Ajedrez sucede lo mismo
que con la Aritmética y el Álgebra, que la opinión popular cree que es más
difícil ésta, mientras que los un poco introducidos en las matemáticas, saben
que lo verdaderamente difícil es la aritmética.
En la actualidad el
juego está no ya sólo olvidado, sino desconsiderado; piensan que al ser su aprendizaje
tan simple, el juego no va más allá Con este desconocimiento, no es extraño que
hayan ido desapareciendo las peñas de Barcelona, que capitaneaba Durán; la de
Almería, que comandaba Pino; la de Cartagena, reminiscente aún de Cárceles; y
la de Las Palmas, de Lafora, Eutiquiano y Casañas. Queda alguna actividad
todavía en Valladolid, de los aficionados más persistentes de un club, que en
la década de los sesenta, contó con 55 socios jugadores, siendo famosos los
torneos que se celebraron en memoria del gran jugador vallisoletano Cleto Domínguez,
abuelo del gran torero Roberto Domínguez, En Mallorca hay una peña en el bar
Francés de la capital, y otra de más alto nivel en Manacor, donde destacan Llul
y Ortiz. En Torrevieja (Alicante) se reúnen por el verano un grupo de
aficionados de Callosa, Orihuela, Beniel y Cartagena, que lidera el Sr.
Quesada, último discípulo de la generación de Plerea y Santos. Hay también
alguna actividad en Ceuta, Melilla y Málaga y en algunos pueblos de Andalucía.
Capítulo especial merecen actualmente las damas en Portugal, donde salen varias
publicaciones Periódicos y revistas, destacando sobre todo la “Enciclopedia
Damista”, dirigida por el paladino Dr. Sena Carneiro, con más de 34 años de
actividad continuada. Debido a ello, nuestros hermanos damistas, han alcanzado
un nivel técnico muy alto, sobresaliendo sobre todo en la composición definales y problemas. De
todos ellos, merece especial mención el gran maestro de Almeirín (Santarén) Dn.
Francisco Henriques, amigo y colaborador de nuestros dos últimos prestigiosos
damistas Dn. Carlos Rodríguez Lafora y Dn. José Durán Ollé.
Siempre sintió una gran
veneración por las damas, los libros y los jugadores españoles, al que quiero
brindar desde aquí un emotivo recuerdo y un sincero y sentido homenaje. Pues
bien, a cubrir todo este vacío de las damas en España, viene ahora el autor de
este libro, mi querido amigo Dn. Govert Westerveld, con una gran carga de
entusiasmo y afición. Procede de las damas internacionales (100 casillas) donde
fue campeón de Holanda junior en 1963 y alternó con los actuales campeones
europeos. Ha estudiado las damas clásicas y ha bebido su técnica en las fuentes
de los pioneros tratadistas hispanos, habiendo terminado por entusiasmarse de
nuestras damas.
La obra que nos
presenta, es didáctica y pedagógica; cada capítulo viene adornado con atinados
y utilísimos ejemplos. Su cerebro es un laboratorio de ingeniería, dotado para el
juego de las damas, donde a pesar de lo elemental de la obra, destella ya en
algunos de los ejemplos del capítulo Rodeos Complejos. Las Damas Españolas
reciben así una inyección reconstituyente de vitalidad, porque podrán estar más
o menos dormidas, peroestamos ante una obra
maestra de la imaginación de los hombres y como tal no pueden morir.
No hay otro afán en mí,
ni por supuesto en el autor de este libro, que divulgar e introducir nuevamente
este juego en la sociedad a través de la juventud y poder así reivindicar para
España un pasado que se nos escapa y nos pertenece por derecho propio, cual es
el juego tradicional, el juego clásico, el juego de Damas Español.
Víctor Cantalapiedra Martín
Valladolid-España
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