Baba Sy, volume I

2015  (Primera edición)
Govert Westerveld
Nuestro ídolo en Holanda:
El senegalés Baba Sy, campeón mundial del juego de las damas (1963-1964)
Tomo I







PRÓLOGO

He escrito este libro teniendo en mente a la juventud en los países de Sud-América. Durante los años ochenta estuve obligado a viajar por semanas a México y Brasil en búsqueda de materia prima para nuestra fábrica y he visto con mis propios ojos la difícil vida de aquellos jóvenes.

Aquellos jóvenes vivían en una sociedad en la cual la mayoría de sus familias se encontraban en extrema pobreza. Eran obligados a trabajar para ayudar a su familia debido a la falta de recursos económicos. Claro está que estas personas encontraban dificultades  para ascender en la escalera social, puesto que sin estudios era más difícil que estas personas mejoraran sus condiciones de vida.

En estos casos el juego de las damas ha demostrado más de una vez ser la solución para escapar de la pobreza. Una de las ventajas del juego de las damas es que brinda contactos con personas de distintos niveles sociales.  Además, abre muchas puertas a los buenos jugadores y les permite encontrar ayuda inesperada. 

Tanto las damas como el ajedrez ayudan a  desarrollar confianza en nuestras propias habilidades. Las estrategias que aprendemos en el juego de las damas pueden ser aplicadas a los negocios para asegurar el éxito. Enseñé a jugar damas al hijo de mi patrón holandés desde una edad temprana. Ahora, después de 40 años, me confiesa que este juego le ha ayudado muchísimo en sus negocios. Emigró  a Estados Unidos cuando era joven y su negocio de flores está entre los mejores de ese país.

El juego de las damas nos enseña a adelantar jugadas y predecir nuestras futuras visiones en los negocios. Aprendemos los pros y las contras de una jugada, igual como en la vida comercial donde también tenemos que tomar decisiones. Aprendemos a aplicar nuestro propio criterio y no el criterio del grupo. La gran mayoría de las personas se dejan influenciar por la visión de los demás. Tan es así que la decisión tomada para favorecer al grupo resulta muchas veces ser errónea, todo esto por miedo a equivocarse, a sentirse ridiculizado o a ser el elemento discrepante del grupo. En el juego de las damas nadie te ayuda con tu próxima jugada, lo tienes que hacer tú y sólo tú eres el único responsable de tus actos.

Gracias al juego de damas nunca me ha dado miedo expresar mi opinión aunque sea  totalmente opuesta al grupo. Cuando todo el mundo estuvo contra mí con respecto a la fabricación de algún producto seguí en solitario con mis ideas, con el tiempo me tuvieron que dar razón y la empresa se convirtió en el número 1 del mundo. Dicho producto hoy en día da de comer a muchas personas. Sin el aprendizaje del juego de damas nunca pudiera haber obtenido esta perseverancia.

Las damas nos enseñan a luchar, cada punto cuenta. A veces una partida dura más de seis horas en finalizar. De esta forma he sabido empatar e incluso ganar en partidas que creía perdidas. Este afán de lucha y paciencia nos viene muy bien al preparar un contrato comercial con nuestros clientes donde debemos mostrarnos pacientes.

Viajar también es necesario cuando uno juega a las damas. Desde muy joven tuve que viajar solo a Holanda para participar en campeonatos. De esta forma aprendí a ser respetuoso con mis contrincantes y su forma de vivir. Desde joven tuve contactos con turcos, italianos, españoles y otros más, celebramos una fiesta cada sábado.

Este libro debe considerarse como un libro histórico, puesto que trata la carrera damística de Baba Sy, un destacado jugador Senegalés. No por nada consiguió ser el mejor del mundo y sin libros. Tenía un talento natural y un hombre hecho a sí mismo gracias al juego de damas. También hablo aquí sobre mi corta carrera damística en Holanda. En la que participé sólo tres de los cinco años (1960-1965), ya que en 1965 con 18 años tomé la sabía decisión de no seguir luchando por una carrera de jugador profesional de damas, sino que elegí una carrera profesional en la exportación. Lo mismo hizo mi maestro Ed Holstvoogd quien también abandonó la posibilidad de una carrera de jugador profesional de damas y tuvo una brillante carrera económica.

Con 16 años sabía que tarde o temprano llegaría a ser un gran maestro internacional de damas, pero el aspecto de saber idiomas y conocer gente fuera de Holanda me interesaba mucho más que el juego en sí. Esto me permitió ponerme en contacto con personas extranjeras y nuevos idiomas.

He sido testigo de las hazañas del gran Baba Sy y he estado en los comienzos de grandes  jugadores como Harm Wiersma y Ton Sijbrands, sobre los cuales predije en 1964 que serían unos futuros campeones mundiales. Por lo tanto sé la mentalidad que uno debe tener para triunfar en este deporte.

Esta mentalidad no es nada menos que la creación de un espíritu competitivo y el deseo de lograr metas. Las personas competitivas pueden realizar un mayor número de ventas que sus compañeros, trabajan más horas, estimulan ideas creativas y desarrollan productos y servicios de calidad. O sea, el juego de damas te da un espíritu competitivo y el deseo de siempre superarte a ti y a los demás. Nunca tienes suficiente, necesitas ser mejor y no te rendirás hasta lograrlo. Actitudes que sin duda convierte a las pequeñas empresas en empresas líderes en el sector.  Al menos esto ha sido mi experiencia.

Mis 40 años de estancia en España y mis investigaciones sobre los moriscos me permiten saber más de las costumbre islámicas. Y ahora me encuentro en una situación mucho más favorable que hace 40 años para opinar adecuadamente sobre la vida de Baba Sy.

Viendo mi experiencia con el juego de las damas y las ventajas que a mí me ha causado, solamente puedo recomendar este juego a los jóvenes sudamericanos en su afán de progresar adecuadamente en su vida social. El camino es duro, pero no imposible y los beneficios de ser un buen jugador son incalculables.




Agradecimiento

Mis agradecimientos a Hanco Elenbaas, Fred Ivens, Jan de Ruiter y muchas otras personas. A mi llorado  maestro Ed Holstvoogd quien, a pesar de su grave enfermedad, sacó fuerzas para enviarme textos y fotos. Mucho debo al Dr. Diego Rodríguez de Francia, puesto que me facilitó muchísimas fotografías de Baba Sy en los campeonatos de Francia, hablamos mucho por teléfono sobre Baba Sy a quien él ha conocido personalmente junto con Michael Hisard. Espero no olvidar a nadie por eso a todos ellos GRACIAS."

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